Os
pongo en situación…
Sara,
y tú cómo Psicóloga, cuando vayas a tratar a alguien, ¿vas a tener en cuenta
sus problemas del pasado? Bueno del pasado, puede ser de ayer, vamos te hablo del
problema que se supone que el paciente no sabe que es la razón de su estado. (Su
idea de psicólogo-paciente)
Por
un momento no tenía una respuesta clara. Pese a que haya meditado, desde mi mínima
experiencia laboral cómo quisiera, o que sería para mí, una terapia ideal, no encontraba
las palabras concretas.
Se
me ocurren un montón de cosas de las que escribir, y más con la relatividad
indudable de la psicología, sus conceptos, terapias, infinitas intervenciones…
pero he pensado que quería dar una respuesta breve, concreta, “plasmar” la idea
y así no volver a “quedarme” sin una respuesta clara.
Desde
luego que no deja de ser la idea. Todo varía de una persona a otra, pero creo
que una idea común, una “base” es fundamental para empezar en cualquier camino.
A
lo que iba. Mi respuesta es NO. No miraría eso que llamas problema y que crees
que es la razón de tu estado. No estaría indagando en tu infancia ni en
posibles hechos que te hayan ocurrido como causa de tu estado actual. Para mí el
único “problema” es la persona, no creo en que la situación sea la causa de su
estado, si no el cómo afrontó esa situación. Las circunstancias en las que
estaba cuando le paso “eso”. Claro está al margen de situaciones mayores
(maltratos, violaciones, abusos). Te hablo de esos “problemas” más cotidianos que
la gente común arrastra.
Con
esto más claramente lo que quiero decir, y lo que en otras de mis entradas he escrito,
es que considero que todo lo externo es neutral, no es ni bueno ni malo,
simplemente es. Somos nosotros quienes hacemos el cómo eso nos influye, nos
afecta. Me repito al decir, que sin duda sabes, existen acontecimientos que nos
hacen sentirnos tristes, contentos, rabiosos, enfadaos… a todos. Pero aun así,
nadie, y cuando digo nadie, ya sabes que es nadie, siente igual y he aquí la
neutralidad de todo y el poder que tenemos para modificarlo.
Así
que sí, sin lugar a dudas mi respuesta es que el problema no es “importante”.
Lo importante es las herramientas, el auto control y gestión personal que
tenemos para afrontar todo eso externo que entendíamos como supuestos
problemas.
Sólo
tú tienes el poder de conseguir tu estabilidad, tu paz y tranquilidad. Yo, en
mi caso, podría asesorarte. Pero que no se te olvide, tú tienes el control de
todo lo que te pasa.
Y si eso se consigue… VOILÀ para mí el concepto de la
tan deseada felicidad.
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